Las fusiones bancarias capturan la atención del mundo económico, generando gran expectación sobre el nuevo gigante financiero que surge de la unión entre dos entidades.
La revelación de la magnitud del banco resultante, su estructura organizativa y las implicaciones para los clientes en un sector crucial despiertan un interés generalizado. No obstante, el proceso de amalgama de negocios, clientes, datos y sistemas es un terreno delicado donde un error informático puede transformar el entusiasmo inicial en una auténtica pesadilla.
La migración se convierte en un proceso fundamental. Los sistemas informáticos bancarios albergan datos diversos: clientes, ventas, recursos humanos, operaciones fundamentales, marketing, compras, contabilidad y servicios de seguridad. La integración de estas áreas entre entidades no es un proceso instantáneo. Cuando surgen fallas en el intercambio de datos o se encuentran incompatibilidades en los códigos, los problemas hacen su aparición.
En semanas recientes, Deutsche Bank ha enfrentado los estragos de una integración problemática con Postbank, dejando a miles de clientes sin acceso a sus cuentas durante varias semanas. La reprimenda del supervisor bancario alemán (BaFin) ha llevado a Deutsche Bank a ofrecer disculpas públicas y a reforzar su proceso de integración para subsanar rápidamente los fallos, aunque estiman tres meses adicionales para completar la pulida integración.
Similarmente, Sabadell arrastró por años los errores de la integración informática de su filial británica TSB, que se ejecutó en 2018. La fusión de ambos sistemas resultó en caídas e interrupciones de servicios, afectando a miles de clientes con cuentas bloqueadas y sin acceso a servicios, ya sea en sucursales, por teléfono o mediante la banca en línea.
Códigos obsoletos y datos defectuosos
Sistemas informáticos obsoletos, datos heterogéneos y de baja calidad, y fallas en la planificación suelen ser las causas detrás de estas integraciones fallidas. Según expertos informáticos, la banca actual se sustenta en sistemas de ‘código oscuro’, en gran medida anticuados para la banca compleja y globalizada actual. Los bancos corren el riesgo de perder funcionalidad al intercambiar datos. En muchos casos, los problemas de migración informática surgen porque los sistemas heredados se basan en códigos como COBOL y FORTRAN, desarrollados en los años 50. Para los bancos, deshacerse de este ‘código oscuro’ representa un riesgo significativo.
‘En muchas fusiones, hemos visto problemas de calidad de datos. Casos donde sistemas informáticos con políticas de evaluación de riesgo crediticio distintas al unirse han generado fallos. Datos no verificados o incompletos conducen a decisiones erróneas’, explican Carlos Marcos y Breogán Porta, socios responsables del sector bancario de Mazars en España.
Por ello, subrayan que una fusión exitosa requiere una planificación inicial meticulosa que incluya qué sistemas se mantendrán, cuáles se descartarán, liderazgos y fechas de implementación. A pesar de una planificación exhaustiva, recalcan la necesidad de contar con expertos capaces de abordar imprevistos durante la ejecución. ‘La brecha entre lo planificado y lo ejecutado puede ser considerable. Es crucial la capacidad de adaptación constante para corregir fallos y ajustarse a tiempos no previstos’, valoran.
En este contexto, en 2022 CaixaBank culminó una integración aclamada como ejemplar por supervisores y expertos financieros tras fusionarse con Bankia. Fuentes de CaixaBank destacan que la integración tecnológica representa uno de los mayores hitos en cualquier fusión bancaria. Cada proyecto debe ser minuciosamente planificado para evitar riesgos como impacto en clientes, inconsistencias en datos operativos, fallas de ciberseguridad o la falta de pruebas suficientes.
Nuestros clientes nunca deben percibir inconvenientes por el proceso. Contamos con un equipo dedicado desde el inicio, con un compromiso absoluto, al que reconocemos su esfuerzo. La transparencia en el proceso, tanto con reguladores como clientes, es fundamental. Y la gestión del equipo es clave para el éxito del proyecto’, señalan.
Preocupaciones regulatorias
Los errores durante estas fusiones representan no solo un daño reputacional para los bancos, sino también penalizaciones regulatorias. Los riesgos tecnológicos son una de las principales preocupaciones de los supervisores bancarios. Fuentes del Banco Central Europeo (BCE) explican que aunque no dirigen directamente estas integraciones, se mantienen informados de su avance en todo momento.
De hecho, los riesgos informáticos son parte de las prioridades del proceso de revisión y evaluación supervisora (SREP). Este examen anual realizado por el BCE analiza el modelo de negocio y riesgos de cada banco de manera individual, estableciendo niveles mínimos de capital que la entidad debe mantener. Un mal resultado en esta evaluación puede llevar al supervisor a aumentar los requisitos de capital, dado el riesgo de pérdidas, obligando al banco a fortalecer sus reservas.
Esta preocupación no es exclusiva del supervisor europeo, sino que también se refleja en los organismos nacionales. Aunque no ha habido confirmaciones oficiales, Deutsche Bank ya prevé una sanción por los problemas generados. Por su parte, Sabadell acordó el año pasado una multa de aproximadamente 55,5 millones de euros con el supervisor bancario británico.
Migración hacia la nube
A nivel internacional, la operativa de los bancos estadounidenses destaca en la migración hacia la nube y la actualización de sus sistemas bancarios. Según fuentes consultadas, la banca norteamericana está más avanzada que la europea en esta transición. Goldman Sachs, JP Morgan, Wells Fargo y Capital One ya han anunciado planes de migración. U.S. Bank se encuentra en proceso de migración hacia la nube de Microsoft Azure, aunque no proporcionaron comentarios al respecto cuando se les consultó.
De acuerdo con el informe ‘Índice de Rotación de la Nube Bancaria’ de Accenture, más del 85% de las tareas bancarias más complejas aún no han migrado a la nube. Esto se debe, en gran medida, a datos bloqueados en sistemas heredados con código antiguo. Los bancos encuestados reconocen que la migración informática conlleva riesgos de seguridad y cumplimiento, ya sea por la posibilidad de pérdida de fondos de clientes o por incumplimientos regulatorios.